Azúcar Moreno está compuesto por las hermanas Toñi y Encarni Salazar, descencientes de una estirpe de grandes artistas flamencos (sobrinas de Porrina de Badajoz, padre cantaor, abuelo guitarrista y hermanas del grupo los Chunguitos), Azúcar Moreno ha saboreado el éxito en todo el mundo. Extremeñas afincadas en Madrid, desde muy pequeñas han estado ligadas al mundo de la música. Con tan sólo 10 años participaron haciendo los coros a sus hermanos hasta que en 1982 una compañía discográfica se rinde ante ellas y les da una oportunidad. Fue entonces cuando las Azúcar Moreno comienzan su carrera musical. En 1985 lanzan al mercado su primer álbum. Se rodean de grandes músicos como Jose María Cano (Mecano), Sergio Makaroff y Aríel Rot (Los Rodríguez) entre otros.

Azúcar Moreno eligió su propio camino. Contaban con sus propias armas, desde una presencia realmente impactante a una puesta en escena sensual y vigorosa a la vez. Y además tenían dos voces entrenadas en el flamenco, porque no en vano son sobrinas de Porrina de Badajoz.

Cuando aparecieron por Eurovisión cantando “Bandido”, se evaporaron todas las dudas, habían nacido unas auténticas estrellas de alcance mundíal y los aficionados de los países más dispares empezaron a reclamarlas.

Lo suyo no era flamenco pasado al pop, sino una nueva fórmula de música dance, capaz de encender fuego en las discotecas de cualquier país del mundo, y a la vez caldear los corazones de quienes tan solo querían escuchar buenas canciónes. Y no es fácil combinar ambos destinos: el ritmo y las melodías.

Dado el éxito del dúo, Emilio Estefan se fijó en ellas y quiso producirlas, porque el hombre que había abierto la llave del mercado anglosajón a la música latina, veía en Azúcar Moreno un potencial del que todo el mundo hablaba y todavía no había acabado de explotar.
El trabajo de Emilio Estefan y Azúcar Moreno se plasmó en “El amor”, de 1994. Los éxitos de las dos hermanas Salazar empezaban a ser de tal nivel que era imposible mantener el ritmo de un álbum al año. Las giras por toda la América de habla hispana, empezando por la poderosa comunidad latina de los Estados Unidos hasta Argentina, sumadas a sus conciertos en España y a sus compromisos en las televisiones de toda Europa y el lejano Oriente hacían ‘vivir’ cada uno de sus álbumes mucho más tiempo del que soportaría un solo mercado.